En la universidad me licencié en Periodismo y en Teoría de la Literatura y Literatura Comparada. Durante ese tiempo estudié un montón de cosas, algunas interesantes y otras no tanto. Conocí a tipos excepcionales como Genette, Harold Bloom o Walter Benjamin, quienes de alguna forma cambiaron mi forma de pensar. Descubrí a la generación Beat, a los clásicos de la literatura rusa, profundicé en los mitos bíblicos y grecolatinos, y estudié a las pioneras de la crítica feminista y a los estructuralistas franceses. Acabé por especializarme en narratología o, como lo llaman los angloparlantes, en storytelling, que suena mucho más cool y que no es más (ni menos) que un conjunto de técnicas y herramientas para que un discurso o una historia funcione y llegue a su público.
Desde entonces, he trabajado en el sector editorial, tanto como editora freelance como formando parte del equipo en algunas de las editoriales más importantes. Los textos son mis mejores amigos, aunque también me gustan las personas. Por eso disfruto ayudando a autores a pulir su obra y a dar lo mejor de sí mismos a sus lectores.
También colaboro con editores buscando nuevas tendencias y dando forma a su catálogo.