Si has leído algunos artículos del blog ya sabes que yo también soy una fan de los arquetipos de trama, y que a mí también me encantan las clasificaciones de todo tipo.
En el post sobre la trama ya veíamos la clasificación de Christopher Booker, que aseguraba que todas las historias pertenecen a una de las 7 categorías que él propone. Ahora vamos a ver la clasificación que el guionista Blake Snyder popularizó en su libro Save the cat! Blake Snyder es también el responsable de la fórmula de los 15 puntos (o beats) para estructurar la trama de cualquier guion comercial y hacer que funcione (y se puede aplicar también a la novela).
La importancia del género
Antes de pasar a ver la clasificación que hace Snyder, quiero aprovechar para recalcar, como ya he hecho en otra ocasión, la importancia del género y de los tópicos asociados al género.
Cuando hablamos aquí de género, no me refiero a los géneros literarios clásicos (lírico, dramático…), ni siquiera a los géneros narrativos propiamente dichos (cuento, novela…). La clasificación tradicional de los géneros no nos sirve para nuestro propósito (aprender a escribir una novela que conecte con los lectores del siglo XXI) porque no nos dice el tipo de historia que plantea.
Para que las clasificaciones del género nos sean de utilidad a nosotros como escritores, debemos distinguir los tipos de historia que podemos contar y los atributos asociados habitualmente a ese tipo de historias (los tópicos o tropos).
Los géneros, así entendidos, se conectan con el gusto de los lectores y sus expectativas al elegir un libro al que dedicarle su tiempo. Así pues, lo que nosotros como escritores (o lectores) nos preguntamos en cuanto al género es: ¿qué tipo de historia me va a contar? ¿Con qué elementos? ¿A qué otras historias se parece?

Novela policíaca, de aventuras, de ciencia ficción, paranormal, distópica, fantástica, romántica… Las clasificaciones modernas (los llamados subgéneros) que podemos encontrar suelen ser prácticas y recordarnos mucho a las diversas secciones de las librerías.
Pero a veces también pueden ser poco útiles a la hora de definir el tipo de estructura de la historia: por ejemplo, podemos encontrar los libros de Tolkien junto a Alicia en el país de las maravillas y Drácula bajo el cartel de «novelas de fantasía». Y, sin embargo, la estructura que subyace bajo esas novelas y las historias que cuentan resultan muy diferentes. Aunque se agrupen en la misma sección de fantasía, el tipo de historia que cuentan no tiene nada que ver en unas y otras.
Las 10 categorías de historias según Blake Snyder
Aunque las tipologías propuestas por Snyder en Save the cat! están pensadas para el medio cinematográfico, lo cierto es que se pueden encajar como un guante en el género narrativo. Porque lo que tienen en cuenta, sobre todo, es el logline. Es decir, el tipo de premisa de la obra: de qué va la historia.
De este modo, según la clasificación de Snyder, un thriller de acción como es La jungla de cristal entraría dentro de la misma categoría que el drama romántico Titanic (la de «un tipo con un problema», como veremos a continuación).
Como ves, esta clasificación está muy lejos de ser normativa o aceptada por según qué sectores de la crítica, pero a nosotros como escritores (y editores) nos puede ser realmente útil a la hora de definir el tipo de historia que queremos contar.
Ahora sí, vamos a ver una a una las 10 categorías de género que propone Blake Snyder.
1. Un monstruo en casa
En esta primera categoría, Snyder engloba películas como Tiburón, Alien o El exorcista. Tres ejemplos que tienen en común los mismos componentes: una casa (o un espacio cerrado), un monstruo y un puñado de personas dispuestas a no dejarse comer por él. La mayoría de películas de terror y de sustos se incluirían en esta categoría.

En cierto modo, «un monstruo en casa» se parece a la categoría que propone Christopher Booker («vencer al monstruo») en sus siete tipos de trama, pero aquí Snyder insiste en la importancia que tiene el matiz de que la casa donde transcurre la historia sea de verdad un espacio cerrado o acotado, del que es imposible salir sin enfrentarse al monstruo. Según él, es este detalle importante lo que aporta la carga de tensión al relato.
Otros ejemplos literarios de este tipo de historia podrían ser Parque jurásico, El resplandor o El corredor en el laberinto.
2. El vellocino de oro
Tomando el nombre del mito de Jasón y los argonautas, Snyder incluye aquí cualquier trama en la que un héroe emprende un viaje en busca de algo y acaba encontrándose a sí mismo. Es decir; todas las historias de crecimiento personal. Todas las historias tipo Road movie podrían encajar en este género.
Si lo piensas, este planteamiento es el más parecido a la estructura del monomito de la que hablábamos en el post >> Estructuras narrativas: el viaje del héroe.

En esta categoría Snyder mete películas como Regreso al futuro, El mago de Oz y La guerra de las galaxias. También podríamos mencionar novelas como Las uvas de la ira, Tom Sawyer o Ready Player One.
El elemento clave que todas estas historias tienen en común es que la trama gira en torno a la transformación del héroe, y casi todas incluyen un componente de búsqueda o viaje.
3. La lámpara maravillosa
En esta categoría entran aquellas historias de deseos cumplidos. No tienen por qué ser solo aquellas en las que un genio o una fuerza poderosa concede al héroe su mayor deseo, sino que incluye todas aquellas en las que —sin haber magia de por medio— se produce de forma inesperada un gran cambio en la vida del protagonista a raíz de que se cumpla uno de sus deseos.

En este tipo de historias Snyder destaca películas como Ponte en mi lugar, Como Dios o El día de la marmota. También podríamos incluir novelas como Cuento de Navidad o El retrato de Dorian Gray. Todas tienen en común una premisa de deseos (explícitos o implícitos) cumplidos y una misma moraleja: ten cuidado con lo que deseas.
4. Un tipo con un problema
O como la define Snyder: un tipo corriente que de pronto un día se enfrenta a circunstancias poco corrientes.
Esta es otra de las premisas más universales que encontramos en la literatura y el cine. Los ejemplos que pone el guionista son La jungla de cristal, La lista de Schindler o Titanic. Todos ellos protagonizados por personas corrientes que, debido a las circunstancias excepcionales, acaban convertidas en verdaderos héroes forzosos.
La situación a la que se enfrentan siempre es de vida o muerte y, a diferencia de las historias de superhéroes, ellos no tienen ningún superpoder, son gente como nosotros. Cuanto más corriente sea el protagonista y más malo malvado el antagonista, mayor tensión y epicidad conseguirá la historia.
Todas las historias de grandes desastres naturales y epidemias encajarían bien en esta categoría. También podríamos meter novelas como Los juegos del hambre, Misery o Robinson Crusoe.

A mi parecer (esto no lo dice Snyder), este tipo de historia combina muy bien con la categoría «el vellocino de oro»: aunque no es imprescindible para que se sostenga, habitualmente, a lo largo del enfrentamiento con su problema, el héroe acaba sufriendo algún tipo de transformación profunda (en su manera de pensar, en la manera de afrontar sus miedos…).
5. Ritos de iniciación
La vida duele. Y ese dolor nos va cambiando. Estos pequeños dramas y baches que todos hemos sufrido alguna ver se convierten en un pozo inagotable de historias para los guionistas y escritores. Todas aquellas historias de dolorosas transiciones vitales entran en esta categoría de «ritos de iniciación»: problemas con las drogas o el alcohol, rupturas sentimentales, pérdidas, crisis de la mediana edad, cambios como los que experimentamos en la adolescencia…

En definitiva, este tipo de historias se centra en una situación vital a la que el personaje se enfrenta, casi siempre, de forma errónea, y cuya solución final para casi siempre por la aceptación de que la vida es así.
Aquí propone Snyder películas como 28 días o Días de vino y rosas, y también podríamos encajar novelas como El guardián entre el centeno, Demian, Las chicas (de Emma Cline), Las ventajas de ser un marginado o El verano en que mi madre tuvo los ojos verdes.
6. Amor de colegas
Esta es una categoría ampliamente explotada en el cine mainstream con comedias como American Pie, Dos policías rebeldes, Colega dónde está mi coche, Supersalidos, Resacón en las Vegas, Jacuzzi al pasado, Amigas para siempre, Thelma y Louise, The sisterhood of traveling pants, Unpregnant, Buscando a Nemo o Toy Story.
Las historias de colegas suelen implicar alguna aventura de algún tipo, en la que los amigos se embarcan juntos y en la que acaban aceptando que se necesitan el uno al otro, pese a todos los malentendidos y todos los baches que tienen que superar. Son historias sobre el poder transformador del amor o la amistad. En estas historias, los agentes del cambio, los catalizadores, son siempre la pareja del protagonista.

Sí, efectivamente: las historias de amor romántico entrarían también en esta categoría, con el añadido de la atracción sexual. Orgullo y prejuicio, Yo antes de ti, Eleanor & Park y Bajo la misma estrella son todas historias de «amor de colegas».
7. ¿Por qué lo hizo?
Chinatown, Mystic River… y en definitiva todas las historias de crímenes donde el «¿quién lo hizo?» no es tan importante como el «¿por qué lo hizo?». Estas historias se pasean por el lado oscuro de la mente humana y nos invitan a los espectadores (y lectores) a descubrir los motivos que tenían para hacer lo que hicieron.

Perdida, La chica del tren, Diez negritos y Los hombres que no amaban a las mujeres podrían ser nuestros referentes literarios en esta categoría. Es en definitiva, aquí encajarían la mayoría de producciones de novela negra, novela de misterio y novela policial. Los ingredientes principales de este tipo de historias son:
- Un detective (o un protagonista que ejerza esa función).
- Un secreto.
- Un giro inesperado (por lo general, bastante tenebroso) en el que el protagonista se ve implicado de manera personal en el caso.
8. El triunfo del tonto
El tonto, el loco o el bufón es uno de los arquetipos de personajes con más trayectoria en la literatura. Como la fiesta del carnaval, el arquetipo del loco se encarga de subvertir el orden establecido; se convierte en un vehículo para poner sobre la mesa las verdades que los cuerdos no somos capaces de nombrar.
Snyder también recoge este arquetipo en su clasificación y le da el nombre de «el triunfo del tonto» a aquellas historias donde un protagonista insignificante, más bien bobalicón o bien un looser en toda regla, se enfrenta a una poderosa institución (o a un representante de esta) y acaba demostrando con su triunfo que resulta ser el más sabio de todos.

Esta es la mecánica que podemos ver en películas como Forrest Gump, Wonder, Una rubia muy legal o El discurso del rey. También en novelas como El diario de Bridget Jones, Jane Eyre y la maravillosa La conjura de los necios.
Incluso, si lo pensamos, el primer Harry Potter tiene también ciertos componentes de este tipo de trama, y la serie Breaking Bad tiene muchas papeletas para encajar en esta categoría.
9. Soy un interno
¿Recuerdas aquella vez que llegaste nuevo a un grupo y tuviste que sacrificar tu individualidad para poder integrarte? Este tipo de historias exploran la mecánica de grupo a la vez que exponen la problemática de las mismas.
El «grupo» puede ser algún tipo de institución (Alguien voló sobre el nido del cuco, El club de los poetas muertos), de familia (El Padrino, Mujercitas), negocio (Mad men), comunidad u organización de algún tipo (Criadas y señoras, El cuento de la criada, 1984, Rebeldes) muy cerrada que presenta unas reglas muy delimitadas para sus miembros.

Habitualmente, el protagonista suele ser alguien que inicialmente está fuera del grupo y que debe aprender poco a poco cómo funciona ese nuevo mundo. Finalmente, la elección que tendrá que hacer tendrá que ver con permanecer o no dentro del grupo, sacrificando en uno u otro caso sus intereses o los de la institución.
10. Superhéroes
Esta categoría viene a ser la antítesis de «un tipo con un problema»; sería, más bien: una persona extraordinaria en un mundo corriente. El héroe, con cualidades sobrehumanas, tiene que lidiar con el problema de ser diferente del resto; un incomprendido.
No solo es la historia de superhéroes con poderes como los de Bruce Wayne (Batman), Iron Man o los X-Men; también es la del monstruo de Frankenstein, la de John Nash (Una mente maravillosa), Alan Turing (The Imitation Game), Neo (Matrix), el Jocker o Drácula. No importa tanto el superpoder que hace especial al protagonista como la maldición que conlleva el tenerlo. Y es sobre eso sobre lo que suele versar el verdadero conflicto en este tipo de historias. Además de tener que luchar contra un montón de enemigos superpoderosos, claro.

En el fondo, las historias de superhéroes son una variedad del tópico de «el elegido».
Dame más de lo mismo, pero distinto
Ya hemos visto los diez géneros básicos que propone Blake Snyder en su libro, donde el mismo autor afirma que cualquier guion de Hollywood puede enmarcarse en una u otra categoría. Es la misma tesis que veíamos que sostiene Christopher Vogler en su El viaje del escritor en el post sobre la estructura de El viaje del héroe: que casi todas las historias son la misma historia contada de formas diferentes.
Lo bueno que tienen las categorías de Snyder es que pueden ser una herramienta narrativa muy práctica a la hora de definir el tipo de historia que nosotros queremos contar: ¿es un «amor de colegas» o un «ritos de iniciación»? ¿Un «monstruo en casa» o «un tipo con un problema»?
Clasificar nuestra propia idea en una u otra categoría de las propuestas nos servirá para saber cuáles son las reglas de ese tipo de historia parecida a la nuestra, cuáles son los lugares comunes, los temas tratados, las expectativas de los lectores… En definitiva se trata de conocer la tradición de ese género para aprovechar toda la sabiduría de nuestros predecesores e innovar allí donde creamos que podemos ofrecer una nueva perspectiva con nuestra historia.
¿Qué te han parecido los diez géneros que propone Blake Snyder? ¿Se te ocurre algún ejemplo de alguna otra novela en alguna de las categorías de Snyder? ¡Cuéntamelo en comentarios y la añadiremos!